Hace un par de semanas les conté como era mi vida escolar. Ahora les voy a contar cómo fue mi vida universitaria. Algo completamente distinto a mis años en el colegio, divertido también, pero completamente distinto en todo sentido.
Cuando entré a estudiar traducción e interpretación simultánea y consecutiva (todos le dicen TISICO, pero yo lo encuentro feo así que le digo traducción e interpretación no mas). Bueno, cuando entré a estudiar esa carrera de nombre eterno, lo hice porque quería ganar plata. Creo que ya les había contado esto antes cuando hice un post sobre lo mucho que amo mi trabajo.
No es que esa fuera mi única motivación para matricularme, pero si era lo que más me interesaba. Pero una vez que entré a la carrera y fui avanzando en los ramos me di cuenta lo mucho que me gustaba todo.
Mi paso por la carrera fue completamente distinto a mi paso por el colegio. En el colegio casi todos me querían, aunque los profes me odiaban. Me iba mal en varios ramos, en otros ni tanto y en algunos (bien pocos tengo que admitir) sobresalía. Pero igual fue una época donde lo pasé bien, tuve muchos amigos y aunque a veces me costaba, siempre lograba salir adelante. Ya sea por medio de trampas, mentiras, torpedos o dedicarme a estudiar.
En cambio en la U todos me odiaban, los profes me querían y ni si quiera tenía que esforzarme por obtener buenas notas porque tenía talento y salí todos los años como la mejor alumna. Nos eximíamos con un 5,8 de los ramos (en Chile la nota más alta es un 7,0) y yo prácticamente nunca daba un examen.
Me gané el odio de mis compañeritos porque como me iba bien y la carrera no requería mucho esfuerzo de mi parte….no iba nunca a clases. A eso súmenle que tenía una suerte impresionante. Cada vez que yo faltaba a alguna prueba, el profesor faltaba también. Cada vez que se me ocurría ir a clases simplemente porque me daban ganas de ir….había prueba. Yo jamás me enteraba de cuando teníamos pruebas pero siempre aparecía en el momento indicado para darlas. Y para más arruinarle la onda a mis compañeros, nunca estudiaba, ni si quiera había ido a las clases y me sacaba la mejor nota. Obvio que quienes se habían quedado estudiando hasta tarde y se sacaron mala nota eran los que más me odiaban.
A ver, no es que yo esté orgullosa de nunca haberme esforzado mucho y haber tenido mejores resultados que aquellos que si estudiaban. De hecho por mucho tiempo traté de tener buena onda con todos, nunca hacer alarde de mis notas o de la suerte que me acompañaba. Yo de verdad respetaba a mis compañeros, ayudaba al que lo necesitaba y simplemente vivía mi vida….así que lo mínimo que esperaba era que el resto hiciera lo mismo.
Pero obvio que no fue así, pronto me di cuenta que igual todos sabían mis notas, sobre los privilegios que me daban los profesores y yo creo que simplemente a muchos les molestaba que yo obtenía tantas cosas y con tan poco esfuerzo, pero eso era problema mío. Así fue como logré desilusionarme de muchas personas que trataron de hacerme la vida imposible y ya en un momento me dio lo mismo ser amable o esconder mis notas.
Nunca lo pasé realmente mal durante los 4 años de mi carrera, ósea que me iba a importar cuáles eran los últimos planes contra mi que tenían algunas compañeritas o todos los rumores que corrían sobre mi. Que me iba a importar, si yo no iba nunca y tenía una vida. Igual tenía como 5 amigos ahí, amigos que adoro y que conservo hasta el día de hoy. Amigos a los que les va bien porque se preocuparon de vivir sus vidas y estudiar en vez de pelar al resto. Es por eso que en este momento, me alegro de haber hecho rabiar a tanta gente con mis notas haha.
Los dos primeros años de la carrera fueron lo más fomes porque me tocaron puros ramos introductorios a la carrera y ahí fue cuando más falté. Luego en tercero fui un poco más, además que pusieron un reglamento nuevo que exigía 75% de asistencia. Así que tuve que ingeniármelas para tener asistencia libre. Le pedí a mi padrino que haga una carta diciendo que yo hacía clases de inglés en su empresa y con eso logré faltar al menos todos los lunes y viernes. Y ya en cuarto año, el último año…fui un poco más porque recién ahí empezó a ponerse un poco más difícil la carrera y tuve que estudiar y asistir a más clases. Pero me encantó porque al fin tenía ramos entretenidos, completamente relacionados a mi carrera y que representaban un desafío para mi, así que eso me mantuvo entretenida todo el año.
Egresé con las mejores notas, me eximí de todos los exámenes, obtuve mi título con honores, di el discurso de titulación en la ceremonia y celebré SOLA. Haha, digo que celebré sola porque fui la única que se tituló de mis compañeros. Siempre es difícil encontrar práctica y eso atrasa mucho a los estudiantes….pero como yo era la favorita de la jefa de carrera, una vez más disfruté de esos privilegios. Igual lo admito, era la que más lo merecía. Habré sido floja, pero pucha que era seca.
Como ven, siempre la vida te da segundas oportunidades. Si bien mi paso por el colegio fue puro carrete, mi vida universitaria dio muchos frutos e hizo a mis padres muy orgullosos. Yo sé que no fui una alumna intachable, de hecho probablemente fui la más mafiosa. Presentando cartas falsas de trabajo, certificados médicos, haciéndome amigui de las secretarias para obtener impresiones gratis y haciéndole caritas a la rectora para violar uno que otro reglamento estudiantil. Nada de eso me importa, hice lo que tenía que hacer y lo pasé regio. Ahora me va super y aunque hice mucha trampa para no tener que esforzarme mucho….el talento no me lo quita nadie, al menos para mi eso es lo único que importa.